Agricultores libaneses armados con metralletas, lanzagranadas y morteros han forzado a las tropas gubernamentales a abandonar una operación que perseguía destruir sus cultivos de marihuana en el valle de la Becá. En el intercambio de fuego registrado este lunes no ha habido víctimas, pero dos vehículos de las fuerzas de seguridad fueron alcanzados por las balas, ha asegurado un testigo del enfrentamiento.
Dos vehículos de las fuerzas de seguridad fueron alcanzados por las balas
Durante la guerra civil del Líbano, entre 1975 y 1990, el fértil valle de la Becá produjo hasta 1.000 toneladas de resina de cannabis al año y de 30 a 50 toneladas de opio, utilizadas para fabricar heroína. Un programa de las Naciones Unidas, aplicado entre 1991 y 1993, erradicó el cultivo de estas drogas, pero dado que las fuerzas de seguridad invierten gran parte de sus esfuerzos en mantener el control del inestable país, este tipo de plantaciones han resurgido.
No existen estadísticas fiables sobre la cantidad de cannabis que se produce en el Líbano ahora mismo. Las fuerzas de seguridad realizan operaciones para destruir los cultivos de marihuana, pero los agricultores se resisten furiosos a perder esta forma de lucrativo cultivo, en el que ven una manera de hacer dinero para sus empobrecidas comunidades. Una fuente de la seguridad del país ha asegurado que las fuerzas del Gobierno libanés se están reagrupando y planifican ya una nueva operación para destruir la cosecha.